
"Cronica de una muerte anunciada"
Narra sobre la rara historia de amor que existiera entre Bayardo San Román y Ángela Vicario y el pobre Santiago Nasar, cabeza de turco que propuso Ángela ante la inquietante pregunta de sus hermanos, de quién le había pegado. La historia ocurre en un pueblo llamado Manaure.
Aquél día Santiago se levanta sobre las cinco y media de la mañana para esperar el buque que traía de paso al obispo.
Había dormido poco y mal consecuencia de la borrachera del día anterior. Despertó con dolor de cabeza, tras un rato se puso un pantalón y una camisa de lino blanco, un poco arrugada Él como su padre dormía con un arma escondida en la funda de la almohada. Aquel día la descargó antes de salir de casa.
Aquella mañana Placida observo a su hijo desde una hamaca y pensó lo que su hijo había heredado de ella el instinto y de su difunto padre el dominio de las armas de fuego, el amor por los caballos y la maestranza de las aves de presas pero también el valor y la prudencia. Entre padre e hijo hablaban en árabe. Y al final tuvo un amargo recuerdo, su matrimonio era de conveniencia.Victoria y Divina sabían perfectamente que iban a asesinar a Santiago pero ellas se callaron porque querían que lo mataran.Una vez terminado su tazón de café se levantó y se dirigió a la puerta principal, la cual le abrió Divina y no cerró el cerrojo con la esperanza que se pudiera reguardar de sus asesinos.
Despues de un rato Margot se entero de la noticia de un modo brutal: Ángela Vicario habia sido devuelta a la casa de sus padres por que el esposo ( Bayardo San Román) encontró que no era virgen , pero la cuestion esque no se le conocia otro novio a angela , ella culpo a Santiago Nasar y fue a causa de eso su muerte .
Los gemelos entraron en la casa rural del padre Amador y pusieron los cuchillos en la mesa. Ambos exhaustos por el trabajo bárbaro de la muerte y tenían la ropa y los brazos empapados y la cara embadurnada de sudor y sangre todavía viva. Fueron a que les perdonará pero el padre les dijo que solo ante Dios no ante los hombres. Los gemelos tuvieron que estar en la cárcel durante tres años en espera del juicio porque no tenían dinero para pagar la fianza para la libertad condicional.
Los hermanos Pedro y Pablo Vicario fueron encerrados en el calabozo donde les proporciono jabón y un estropajo para quitarse la sangre y el olor. Le trajeron el almuerzo pero Pedro no probó bocado pero Pablo por su parte comió un poco de todo que le llevaron y un cuarto de hora después desató en una diarrea pestilente. Pedro estaba tan convencido que habían envenenado a su hermano que llamo al alcalde. El alcalde llevo a Pura Vicario a las tres de la mañana para que se despidiera de sus hijos. Fue la familia al completo, hasta las hijas mayores con sus maridos. Antes de irse Pura le pidió al padre que les confesara pero Pedro Vicario se negó y convenció a su hermano que no tenían nada de que arrepentirse. Los gemelos fueron absueltos y se quedaron en Riohacha a solo un día de viaje de Manaure donde vivía su familia. En Riohacha estaba la cárcel. Allí fue Prudencia Cotes a casarse con Pablo que aprendió el oficio del oro en el taller de su padre y llegó a ser un orfebre depurado. Pedro Vicario sin amor ni empleo, se reenganchó tres años después a las Fuerzas Armadas, mereció las insignias de sargento primero, y una mañana espléndida su patrulla se internó en territorio de guerrillas y nunca más se supo de ellos.
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